Inteligencia artificial, realidad aumenta-da, impresión 3D... lo que sigue es una montaña rusa de emocionantes cam-bios tecnológicos que ya están algunos totalmente desarrollados y en procesos de mejoras, funcionando, probados, es sólo que no se han masificado y no los vemos aún en nuestro día a día. La clave, como en todo está en nuestra capacidad de adoptar un cambio, al cere-bro le toma mucha energía hacer las co-sas de maneras nuevas, adoptar nuevas creencias y aprender nuevas y mejores ideas, desechando las que no sirven, por ello es que trata de “automatizar” el ma-yor número de tareas para hacerlas ya sin pensar en ello… hasta que llega una fuer-za externa como el COVID y nos obliga a trabajar desde casa, a comprar en línea y a cambiar nuestros hábitos de compra. No son más que tres cosas que ya podía-mos hacer antes, pero ni las empresas querían molestarse en crear los marcos necesarios para poder llevar el trabajo desde casa, la gente se acostumbró a no estar en casa y el status quo de tener una oficina suntuosa en un distrito de oficinas de renombre, era algo muy ape-titoso para nuestro instinto de supervi-vencia, y no era fácil sólo dejarlo ir. El retail como lo conocemos, se verá se-riamente afectado por estos factores, además de fuerzas externas que nos están haciendo revalorizar el modo en cómo vivimos, en dónde vivimos, nues-tros hábitos de consumo etc. En sólo 15 años, los jugadores más gran-des del retail, ya no son los mismos o están en peldaños muy diferentes. Ama-zon pasó de valer US$17.5 millardos a valer US$800, mientras Walmart pasó de $158 a valer hoy US$244 millardos. La tecnología a veces es satanizada, por-que en apariencia está dejando a la gente sin trabajos, pero un estudio reciente de McKinsey Global Research encontró que el internet por sí solo, creó 2.6 empleos nuevos por cada uno que desapareció, en industrias como el retail entre otras. Sé que es difícil adoptar un cambio en la manera de pensar, sobre todo si pensa-mos en el último modelo 3D que vimos, nos va a costar trabajo, pero actualmen-te se puede imprimir en cientos de ma-teriales, a todo color, usando metal para turbinas más ligeras y eficientes, hasta células para imprimir riñones, prótesis a la medida en 24 horas, tableros de circui-tos, departamentos, celdas solares, no sólo en cualquier parte del mundo, sino en la estación espacial internacional. En el número anterior escribí un artículo sobre el e-commerce y el peso que tiene la cadena de suministro en la Omnicana-lidad y el nuevo Onlife Commerce. Hoy voy a retar de nuevo tu concepción del mundo y a tratar de mostrarte lo que va a ocurrir cuando la Cadena de Sumi-nistro colapse y no sea necesaria, ya que lo único que necesitarás en un futuro en un dispositivo conectado a internet, una impresora 3D, materiales y un catálogo de planos operado con Blockchain, de cosas que necesitas imprimir, para que los derechos y regalías se paguen al in-teresado adecuado. En ésta nueva era, el crecimiento ya no es lineal, ya no se duplica según la ley de Moore cada 12 meses la capacidad de procesamiento de un chip, estamos en una nueva era de cómputo cuántico y la velocidad con la que estemos dis-puestos a cambiar la manera en cómo hacemos las cosas, aún a costa de cani-balizar nuestro propio negocio y nues-tras ideas, es lo que determinará nuestra supervivencia. Como te contaba, ya todo este artículo es una realidad, sólo hay que esperar a que se masifique su impacto, puede to-mar décadas, o ser muy abrupto debido a una fuerza externa no contemplada, como una crisis provocada por el cam-bio climático por ejemplo. Lo que quiero que sepas, es que esta-mos muy a tiempo de formar parte de ese cambio, en el sur de México ya exis-ten las primeras casas en comunidades rurales para terminar con la pobreza